La espera.
¿Por qué esperamos? ¿Qué es eso que tanto nos hace contemplar la vida? ¿A dónde queremos ir? ¿Cómo sabemos que hay algo más para nosotros? ¡Cuánto especulamos sobre el límite de lo finito, qué hidalguía verdaderamente! El hoy tal vez no esté acompañado de un mañana, en realidad no tiene ese dueño. Solamente hay espejos donde nos miramos y comparamos entre tantos otros. Pero es eso, solo eso, una vaga costumbre de la soledad y la felicidad. Se han robado horas, muchas horas, a veces ni suena la alarma. ¿Será que nos habrán mentido, tal vez? El tren nunca pasa temprano y si pasa ya no estamos. ¿Qué estaciones serán las de espera? ¿O acaso ya no pasa el tren?
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